Una forma sencilla de darle a la pintura una textura distinta es añadirle sal,
absorbe rápidamente el color y cuando cristaliza le aporta brillo.
En esta ocasión le dejé a Abril una mezcla de cola blanca y agua. Con un pincel fue haciendo caminitos sobre la cartulina, después puso purpurina que quedó pegada por donde había pasado el pincel.
En esta ocasión le dejé a Abril una mezcla de cola blanca y agua. Con un pincel fue haciendo caminitos sobre la cartulina, después puso purpurina que quedó pegada por donde había pasado el pincel.
El siguiente paso fue añadir sal y luego darle color con la pintura.
Ahora viene el toque especial de Abril, es decir, mezclar los colores y dejar gotear la pintura, jeje.
Le añadió purpurina (no puede faltar) y este fue el resultado final.
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